Animales y piedras: la vida en la escuela

Freinet quería una escuela de la vida y para la vida, a nosotr@s nos encanta esa propuesta. Durante esta semana hemos tenido varios animalillos en clase: un par de hamsters y un par de perrillos. Todos ellos despertaron el interés de los niñ@s, que aunque siguen creciendo siguen disfrutando del encanto de un cachorrillo que se sienta, ladra o corre detrás de una pelota porque se lo dice su dueña, una de nuestras niñas; o de unos hamsters que corren como locos dentro de su noria y se escabullen entre nuestras manos.

Eso cualquiera lo comprendería. Pero hoy, durante la hora del recreo nos hemos llevado otra estupenda sorpresa. ¿Quién se podría sorprender y maravillar por unas pocas piedras?

Durante estos días atrás hemos visto como muchas de las piedras que rodeaban los árboles de nuestro partio han ido cambiando de lugar, se han ido amontonando en algún rinconcillo del patio y como niños y niñas han estado jugando con ellas. Unos a golpearlas, a sacarlas de donde andaban enterradas y otros a darle otro sentido. Al sonar la canción de fin del recreo me fui caminando con un par de chicas de tercero o cuarto que volvían de dejar un par de piedras encima de aquel enorme montón. Les pregunté: ¿qué estabáis haciendo con las piedras? Nada, estábamos jugando con las piedras. Sí, ¿a qué estabáis jugando? Jugábamos a las casitas, las cogíamos en brazos y era como un bebé - decían con los ojos iluminados.

Me fui maravillado. ¿Quién no se maravillaría por un par de piedras?

Gracias chic@s por vuestras miradas del mundo!!


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